Hoy es primer jueves de Julio. Jueves Eucarístico en San Juan de la Palma. Como todos los años en esta fecha, fin de curso con convivencia posterior. Hoy quiero trasladarme 20 años atrás o más.
A las 20 horas, Misa, posteriormente, el Jueves Eucarístico en la Capilla Sacramental; habrá algo más de gente que lo habitual, y todos nos volveremos a reencontrar para despedirnos luego de cara al tiempo vacacional.
Luego subiremos a la azotea y algunos, por ser del Grupo Joven, trasladaremos sillas, neveras, tableros, borriquetes, manteles, servilletas, etc. Luis Rus tiene preparado el encargo del pescao frito; más tarde todos estaremos en la referida azotea, tras la espadaña aún sin iluminar (que eso llegaría con la Expo del 92). Van subiendo. Los jóvenes estamos allí preparados. Van apareciendo por la embocadura de la escalera Manolo Griñán, con su gracejo peculiar y su forma de hablar; Nicolás Carretero, siempre un señor y ahora más campechano y entrante; Curro Pineda, alma de la Hermandad, exigente como él sólo, con "guasa" en sus comentarios; Salud Ortiz, la mujer de la Hermandad, la que dispone, la que sabe hacer; Miguel Ángel Bermudo de la Rosa, tan serio como buen gestor que es; Pepe García de Castro, hombre tan hermano de la Hermandad como ajeno a ella, tan gracioso como caballeroso, tan señor como amigo; Antonio "el capiller", el alma viva de la casa, la Iglesia, las capillas, las Imágenes, la priostía, el "no te jamo" y "una bomba te coja"; Carmen Ortiz, la señora, el sentimiento del ser de San Juan de la Palma; Antonio Ortiz, la historia, las anécdotas, las vivencias, las páginas antiguas que nunca nos cansamos de oir; siguen subiendo. José Luis Valdés, un hermano bueno, amigo, siempre con buena cara; Antonio Gómez González, la caridad, ese tono de voz que acaricia el oído, siempre esas buenas palabras; Cristina González, su mujer, nuestra eterna abuela. Siguen subiendo. Llega Elías Vicente Sayago, Rafael y Fernando Peinado, Paco Muñoz-Reja, Nicolás y Alejandro Ollero, Javier Prados y Lola, José Luis Santos, Clemen Mejías, Félix Sánchez-Laulhé, un joven y entrante José Luis Pueyo, Antonio González Vázquez, y más y más, hasta que en la azotea no cabe tanto amargurismo junto como nos podamos imaginar y nos quedamos tan agusto que quizás lo achaquemos al estar más cerca del Cielo. Junto a la espadaña de San Juan de la Palma, una noche de verano, con pescao frito, los jóvenes -"los niños"- nos extasiamos en eternidad oyendo a Manolo Ortiz -que también ha venido- hablar de lo que más queremos: San Juan de la Palma.