He estado un tiempo de sesteo. Un tiempo de pausa cofrade que tenía que darme debido a un cúmulo de circunstancias que se unieron llegando a trastocar los cables de mi sentimiento por las hermandades, las cofradías y la Semana Santa en general.
Este tiempo, que he usado para otras muchas cosas sin tocar nada de cofradías, me ha servido para ver que lo que de verdad me importa, me gusta y disfruto es la propia Semana Santa en sí, los siete días que comienzan el Domingo de Ramos (o vísperas) y termina el Domingo de Resurrección. Lo demás me sobra; y me sobra además con un repudio importante. En esto no meto los cultos ordinarios a la imágenes, eso entra dentro de lo Sagrado y mi creencia católica me lo impone.
Huyo de páginas de cotilleos cofrades, de prensa cofrade, de programas, tertulias, comidillas... que sólo alimentan una política burda y absurda que llega incluso en muchos casos a la ridiculez.
Una procesión extraordinaria, unos estatutos de un Consejo absurdo e inútil, unas elecciones con candidaturas jugando a partidos políticos y hasta con campañas electorales, una página web para presentar a un candidato, unas fotos de las candidaturas a ver quién se pone el pañuelo más grande en la chaqueta y quién levanta más el mentón, unos que salen elgido en Junta y son el Rey del Mambo, unos capaces de debatir las ordenanzas del Arzobispo, unos que dicen que las hermandades son la Iglesia de Sevilla y hasta mandan en ella, y otros que hasta se creen eso.
Anda ya!!!
Muchos de los que pululan por las hermandades se creen más papistas que el Papa. De vez en cuando hace falta "vara" pa el tío de la vara.
Hemos vuelto.