lunes, 17 de noviembre de 2008

La medida de las cosas


Cuando las cosas son como son, son como son. Cuando se hacen que sean como son sin ser como son, pues no son como son.
Impresionante Gran Poder. Yo no pude ir, lástima y, por más que me informo y lo compruebo, más lástima aún me da. Impresionante Gran Poder. Los sevillanos, de esto, creo que sabemos. Lo mismo que sabemos distinguir lo bien hecho de lo cutrez. Y sabemos distinguir la calidad con la que muchos de nuestros paisanos y amigos cofrades saben preparar cada acto y cada momento. Todo según lo que se vaya a exponer.
Sí estuve el sábado viendo el Señor de las Tres Caidas. Bueno, muy bueno también.
En Sevilla se conoce demasiado bien la medida de las cosas.


Nota posterior: En el blog del amigo Javier: http://memorias-de-sevilla.blogspot.com (aquí a la izquierda teneis el enlace) hay un artículo muy bueno sobre lo que se avecina.

6 comentarios:

Javier Macías dijo...

Hola Antonio, no estoy muy de acuerdo con el hecho de que la salida extraordinaria de las Tres Caídas haya sido una cutrez. Cutre es aquella salida extraordinaria sin motivo aparente y suficiente que no logra aglomerar a más allá de lo que suele tener alrededor en Semana Santa.
En primer lugar, me parece un error comparar lo ocurrido el viernes con el Gran Poder, que no fue una salida extraordinaria sino un traslado (muy bien organizado por cierto) y lo del Señor de las Tres Caídas, que sí lo fue.
Con esta hermandad trianera pasa una cosa muy curiosa. Cuando anda al compás se le critica, cuando va fino y sobrio se le critica también. Cuando es el caballo que le quita visión al Señor se le critica y se dice que en Triana lo que gusta es el caballo. Cuando el sábado salió sólo el Señor, en un paso sencillo y sin "izquierdos", donde se aglomeraron más de 30.000 personas para verlo, es una cutrez porque 400 años de una Hermandad qué es para celebrar nada.
Creo que la medida de las cosas la marca el ritmo que impone el público, no la Hermandad. Es algo tan subjetivo que lo que, para unos, es una estampa bellísima, histórica e inigualable, para otros es una cutrez.
Creo que estas dos salidas (la del Gran Poder y la del Señor de las Tres Caídas) demuestran la verdadera razón por la que existen las hermandades: dar testimonio de fe. ¿Y cómo hacerlo mejor que aglutinando a 30.000 personas ambos días para rezarle a una imagen?
Por último, recordarte que la Amargura estuvo a punto de organizar una salida extraordinaria en 1996 con motivo del 300 aniversario de la Hermandad y la reposición al culto de la Virgen tras la restauración.
Creo que en este mundillo todos debemos dejarnos de mirar el ombligo y creer que somos los únicos que disponemos de sentido de la medida.
Un fuerte abrazo.

Antonio Borrego dijo...

Amigo Javier, en primer lugar gracias por comentar, con la sencillez y amabilidad que acostumbras, esta entrada.
Ni mucho menos me atrevo a decir, ni lo pienso, que la salida del Señor de las Tres Caídas es una cutrez, ni lo pienso, ni en la entrada lo pongo. Quizás se ha malinterpretado por haber metido en el mismo saco las dos salidas del pasado fin de semana con otras que sí me han gustado menos y se han producido este año.
Yo no soy quién para valorar si una Hermandad es mejor que otra, sólo soy dueño de valorar lo que a mí me gusta.
Por supuesto que me gustó el sábado el Señor de las Tres Caídas, y me gustaría verlo en la Madrugá si mi túnica del Calvario no me lo impidiera, como tantos años lo he visto, me encanta además. Yo te vi en la procesión y con quien tuve la oportunidad de estar y saludar así se lo hice ver: que me gustaba y estaba disfrutando. De hecho no hubiese pasado más de una hora esperando y una hora desde que llegó la cruz de guía hasta que se fue el Señor.
He querido decir que la medida de las cosas está marcada y para mí hay buen gusto o cutrez. Este fin de semana lo pudimos comprobar frente a otras que este año se han producido. Es mi criterio, nada más.
Tú mismo me lo dices en tu comentario: cutre es aquella salida extraordinaria sin motivo aparente ni suficiente.
Este fin de semana hubo mucha categoría, y las cosas son como son. No como se quiere que sea para ser como son.
Gracias una vez más y perdona si me entendiste mal.
No voy a atreverme yo a poner que lo del sábado en mi barrio fue cutre.

Raimundo de Puy dijo...

Que el Señor del Gran Poder haya pasado por la puerta de mi casa (porque aunque sea de la de mis padres siempre la consideraré mi casa)y que Él me haya dado la oportunidad de estar allí ha sido una de las cosas más grandes que me ha pasado en mi vida. Y quién me conoce sabe que no soy especialmente apegado a procesiones, ni a manifestaciones fetichistas. Soy de los que tienen la certeza de que lo único que de verdad importa es el Mensaje que nos dejó el que habita en el Sagrario. Sin embargo verlo andar por las calles de su barrio, con su gente, guardando un respeto que hacía años que no veia en una procesión en Sevilla, ha sido sencillamente indescriptible. Chapó a mi Hermandad del Gran Poder por el gusto exquisito con que se preparó todo siempre a la altura de la reponsabilidad de hacer las cosas con una Imagen que trasciende a su propia Hermandad.

La verdad esta ahi fuera dijo...

El tema de las procesiones extraordinarias, no es solo que se conmemore una efemerides mas o menos documentada, importante, o que haga tropecientos mil años de vete a saber que cosa, sino que poco a poco estamos acabando con la paciencia de muchos, incluidos los hartibles. Y eso eso aunque muchos no quieran verlo hay sevillanos muy quemados.

Sobre nuestra hermandad, no ha sido una sino dos las procesiones extraordinarias propuestas y no llevadas a cabo, en 1992 y 1996, la primera con mas fuerza que la segunda.

Javier Macías dijo...

Sí, lo que pasa es que la primera iba más orientada a una exposición, no a una celebración particular, con lo que lógicamente tenía que ir y volver. Yo estoy de acuerdo con el espesor que producen las procesiones extraordinarias, que cada vez son más "ordinarias" y no en el mal sentido de la palabra. Lo que ocurre es que, en muchas ocasiones, la procesión extraordinaria está por encima de cualquier acto o función (véase la de la Trinidad del V Centenario, que con todos lo problemas que tuvo, al final salió a dar una vuelta por el barrio).
En el caso de querer celebrar un acto importante en un lugar señalado, como la Catedral (en las Coronaciones) o en su lugar de fundación (como en el caso de las Tres Caídas) no tienen más importancia que el acto que allí se celebra. Aunque para el "gran público" sea al revés. Creo que esto es cuestión de que el Cardenal regule las salidas extraordinarias y evaluar si son verdaderamente algo secundario o lo que está buscando es mover el paso en la calle con banda de música.
En cualquier caso me merecen respeto todas y cada una de las hermandades que lo hacen, a pesar de que como cofrade cada vez tenga menos interés en ellas.
Un abrazo

Anónimo dijo...

La verdad es que de unos años hacia ahora, parece que lo extraordinario es que no haya procesiones de este tipo. En todo esto en realidad hay un problema, que lo que para unos es extraordinario, para otros no lo es, no es igual ser de una Hermandad de 300 años de historia que de 75. De todos modos no estaría mal que se limitaran éstas de verdad a eventos fuera de lo normal y lo que sí debería hacerse es PROHIBIR las interminables en duraciónsalidas extraordinarias. Para recorridos relativamente cortos no es normal tardar 6 ó 7 horas. No puedo opinar de este fin de semana porque no he estado en Sevilla, pero en lo que llevamos de año no he visto ninguna salida extraordinaria. Tampoco deberían usarse para probar cosas que en Semana Santa no se pueden hacer. De todos modos, al fin el público sí demuestra lo que es extraordinario, por ejemplo la procesiuón de vuelta de la Estrella de la cOronación o la de la Macarena del año 1989 por el XXV Aniversario de la Coronación (no cito de mis hermandades)