viernes, 26 de diciembre de 2008

¡Cuánta verdad!


Artículo de D. Antonio Burgos publicado en ABC de Sevilla el pasado 23 de Diciembre.

¡Hala, Meda! (Estilo Marinador)

Lo están consiguiendo. Tras grandes esfuerzos e inversiones, lo están consiguiendo: que Sevilla no se parezca absolutamente nada a Sevilla. Ahora, tras gastarse 9,7 millones de euros (que son 1.613 millones de pesetas, que se dice pronto), han conseguido que la Alameda no se parezca nada a la Alameda. Dicen que es pura modernidad, mas la han disfrazado de antigüedad: recuelos estéticos de la Expo del 92. Ese reloj absolutamente imposiiiiiiiiible, colocado sobre un pedestal inclinado (supongo que a la izquierda) era una genialidad en 1992, pero ahora es la tomadura de pelo de un imbécil que se cree un genio. Como es una tomadura de pelo la Estética Marinador que le han puesto a todo este derroche de los 1.613 millones dilapidados por ocurrencia de Izquierda Unida, que con sus 25.772 votos tiene cogido al alcalde por los ya me entiendes. No ha sido el Ayuntamiento, ha sido su interior dictadura del proletariado, la de los 25.772 votos, la que se ha empeñado en desfigurar la ¡Hala, Meda! Lo ha conseguido. La han puesto completamente Marinador. La oficina que Marinador tenía en la Avenida, frente al Sagrario y al SAS, era bastante menos Marinador que esta Alameda Marinador.

—Anda que como Hércules y Julio César se bajen de sus columnas, la que le van a liar a esta manta de rojos rancios.

Que, además, creen que no hay más Casco Antiguo que la Alameda ni más sevillanos que sus 25.772 votantes. A la Alameda le han inventado una falsa leyenda parecida a la de Ranilla que conté aquí. Nos han hecho creer que en Ranilla nada más que había presos políticos y no chorizos a granel, y han difundido la idea de que hasta que llegaron ellos en la Alameda no había más que droga y putiferio. ¿Y Chicuelo no vivía en la Alameda, hijos míos? ¿Y la Señá Gabriela, la madre de los Gallos, no vivía en la Alameda? ¿Y la refinada y afrancesada Casa de las Sirenas del latifundista urbano don Domingo de la Portilla, qué era, hijos míos, una casa de niñas acaso? ¿Y la Alameda no era la Universidad del Cante, con La Sacristía y Los Majarones, con la Niña de los Peines y con Manuel Torre? En la vieja Alameda del Círculo Ferroviario, de la Academia de Realito, del Bar Las Maravillas, del despacho de quinielas de Chispitas, vivía y sigue viviendo mucha gente decente, que está espantada con lo que han hecho con su Alameda, como esa ridiculez única de los chorritos sin fuente. ¿Eso qué es? ¿Que no había dinero para la fuente y nada más que han podido poner los chorritos? ¿Y las farolas? ¿Qué delito han cometido los vecinos de la Alameda para que les pongan esas farolas de castigo? ¿Son farolas disuasorias, tan de dolor de cabeza, para que las prostitutas y los traficantes de droga salgan corriendo cuando las vean?
Y al final, pero no lo último, el lamentable acto-mitin de inauguración. Esa inauguración demagógica fue el compendio de todo lo que odiamos muchísimos sevillanos: desde la tontería de los tíos con los zancos, la animación de espacios lúdicos y la leche que mamaron los recuelos de la Cabalgata de la Expo, a la caseta de propaganda comunista de apoyo a Cuba y a las dictaduras de izquierda que haga falta. ¿Y el alcalde, llegando en bicicleta, dónde me lo dejan? ¿Habrá algo más ridículo que el alcalde llegando en bicicleta (oficial, como el coche)? Sí, hay algo más ridículo: que al llegar le canten el «Aleluya» de Haendel.

—Sería por la rima: aleluya, aleluya, el que la coja es suya.

No fue inauguración: fue mitin. De media Sevilla contra la otra media. No mitin del PSOE, sino de IU. Y el alcalde, de palmero de los comunistas. Anda que como se entere Viera (o Viese) y se chive al partido... Demagogia a costa de los contribuyentes vecinos de Los Remedios y Nervión. Convidá universal a chocolate con churros. Bien usado en este caso el barbarismo madrileño, «churros» por calentitos. Esta ¡Hala, Meda! es un inmenso churro estilo Marinador. Cruzado en Porcelanosa y en muñequito pancimartelevisó.

El IPC de Fajín. Ya se sabe a cuánto está el kilo de fajín de dictador. Está exactamente a 300.000 euros. La transacción comercial es la siguiente: tú me das una subvención de 300.000 euros, yo le quito el fajín, y encima, aunque defiendas el aborto, la eutanasia y todo lo contrario que Ella representa, te invito a que La cojas por el talle. Sin fajín. Sin palabras. Y sin vergüenza. O con muy poquita.


No hay comentarios: