Los hermanos son la historia viva de las hermandades.
Año 1992. Limpieza de plata en el salón de vitrinas antiguo.
Son Doña Clemen Mejías y Doña Salud Ortiz (q.e.p.d.).
Función Principal de Instituto del año 1992. Aparecen Don Nicolás Carretero Luque (Hermano Mayor) y, a la izquierda de la imágen, Don Antonio González Vázquez (Diputado Mayor de Gobierno).
Esta es la primera Función Principal que salieron los acólitos hermanos. Ese año fue el punto de arranque de lo que hoy es este cuerpo. En aquel Domingo de Ramos realizamos la primera salida como acólitos. Aparecen de pie de izquierda a derecha: Aníbal Tovaruela, Ignacio de la Iglesia, Eduardo de la Iglesia, un servidor, Paco Muñoz-Reja, Ricardo Amador, Gonzalo de la Iglesia y Jaime Bononato; agachados: Enrique Osborne, Pablo, Juan Carlos Montes y Jesús Mejías.
Domingo de Ramos del mismo año.
Altar del Tríduo al Santísimo de ese año.
Fotografías: Eugenio Borrego Páez.
2 comentarios:
¡Salud y Clemen! Dos pedasssssso de amarguristas.
¿Cuánto podría contar la pequeña ventana de la callelaferia siempre abierta para vender lotería en las tardes de invierno? ¿Cuánto tiempo libre sacrificó y sacrifica Clemen por Ella y para Ella?
...¿Y Salud? El lujo del anonimato me permite afirmar: a mi modo de entender la mejor de las Ortiz... ¡cuánta vida al servicio de la Amargura! Y además ¡Qué bien me caía el bueno de Jaime!...
Nunca me gustó Nicolás por aquel entonces. Hoy día el simple paso del tiempo lo mejora y reivindica sensiblemente ante mi memoria.
Antonio... tal vez su vocación debió de empujarlo más cerca del primer tramo de la calle de las Armas y no por San Juan de la Palma...
En relación a las fotos de los acólitos: Se vé gráficamente quienes han prosperado; de acólito a Diputado Mayor de Gobierno; de acólito a Prioste de la Reina y Dueña de la callelaferia... ¡Y en tan pocos años! Fiel reflejo del viejo refrán: ...quien a buen árbol se arrima...
Es mi conclusión personal (equivocada probablemente): quienes han salido ganando son dos: Enrique Osborne y tú, amigo Antonio; Qué dicha tan grande ir tan cerca... ¡tan cerca de Ella! y ¡siendo tan jóvenes! ¡Ser sus pies y su compás! ¡Poder aliviar la Amargura de María al son de Font de Anta! ¿Con qué se paga ese privilegio amigo Antonio? ¿en qué precio se tasa tal honor?
Querido Marulino:
Creo que soy un privilegiado por haber conocido a "antiguas glorias" de San Juan de la Palma, y no sólo conocido, sino haber vivido con ellos la Hermandad.
Con respecto a lo que dices de ser costalero... bueno, en algún momento se me ha pasado por la cabeza el comentar aquí muchos de los recuerdos que tengo de esa experiencia. Es complicado dar el sentimiento en las palabras. Uno de las imágenes que permanecerán en mí será cuando dejamos el paso de palio en el presbiterio en el año 2000; la cofradía no salió por lluvia, y, en ese instante, cuando casi todos los costaleros salieron del paso, sólo 3 o 4 nos quedamos dentro, en la oscuridad pude ver en un zanco trasero dos compañeros agachados y abrazados. Lo que sentíamos los que nos quedamos dentro... Aquello sí que era el verdadero nombre de Amargura.
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